¿Te encanta recibir regalos? Durante la Navidad hay mucha alegría en dar y recibir regalos. Los regalos nos recuerdan que alguien se preocupa por nosotros y nos ama y quisiera bendecirnos.

Dios es el mayor donante de regalos. Primero, nos da vida natural. La Biblia nos dice que Dios “creo nuestras entrañas; nos formo en el vientre de nuestras madres. ¡Te alabamos porque somos una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!” (Salmos 139: 13-14). Dios nos da vida natural para que podamos disfrutar de muchas experiencias increíbles y bendiciones. Sin embargo, este regalo de la vida natural es solo por una temporada. La muerte nos roba de la plenitud de nuestra vida natural. La Biblia nos dice por medio del pecado entró la muerte (Romanos 5:12).

La infección del pecado en la raza humana es una plaga, un cáncer, que resulta en la separación y condena de Dios. Dios es tan santo y sin pecado que ni siquiera puede ver el pecado (Habacuc 1:13). La Biblia dice que todos hemos pecado (es decir, quebramos la ley de Dios) y que no hemos alcanzado la gloria de Dios (Romanos 3:23). El resultado es que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). La muerte significa separación de Dios, el que da todas cosas buenas. El destino de la muerte es el infierno. Estas son malas noticias, pero aquí es donde entra el segundo regalo del amor de Dios para nosotros. 

Dios da vida eterna a todos los que confían y creen en su amado Hijo. Juan 3:16 nos dice: " Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna".

El regalo de la vida eterna no es solo para unos pocos, es para todos los que creen. ¿Creer que? No lo que queramos creer, sino creer que Jesús es el Hijo de Dios; Dios el Hijo tomó forma humana y vino a este mundo para tomar nuestro pecado sobre El mismo ; "y Él aguanto la justa pena de muerte del Padre por nuestro pecado. De esta manera Dios puede ser a la mismo tiempo justo, y el que justifica a los que creen en Jesús como su Sustituto y Salvador.

Cuando venimos a Dios poniendo nuestra fe en Jesucristo y alejándonos de nuestro pecado, recibimos el regalo de la vida eterna. Esta vida no es solo la duración de la vida, sino la calidad de vida. Somos declarados por Dios como justos y eso resulta en recibiendo la vida perfecta, justa y bendecida de Cristo en cambio de nuestras vidas pecaminosas y rotas. Dios nos da la bienvenida a su familia y nos declara hijos y hijas. Él nos bendice uniéndonos al Señor Jesús, es decir, haciendonos partícipes de la gloriosa herencia del Hijo. El día en que nuestra vida natural llegue a su fin, y así será, simplemente dejamos atrás esta vida mortal y entramos en la vida eterna como aquellos que son herederos y coherederos del Señor Jesús (Romanos 8:17). 

Este regalo de la vida eterna es el precioso regalo de Dios para todos los que reciben a Jesús por fe. Como tal, lo atesoramos más que cualquier otro. Dios es nuestra vida, alegría, paz y esperanza futura. Él es el regalo que nos da la vida para siempre.

Ya has recibido el primer regalo de la vida natural y por el pecado tiene un fin, pero ¿has recibido el segundo regalo de la vida eterna? ¿Porque no haces esta navidad una para recordar creyendo y recibiendo al Señor Jesucristo hoy?